Lo cierto es que la maratón de la Ultrapirineu no entraba en
mis cálculos al inicio de temporada, en gran parte por desconocimiento del
calendario de trail nacional que hace que aún se me escapen muchas pruebas.
Pero quedarme con las ganas de correr en la OCC merecía un buen broche final a
la temporada de carrera de montaña y, aunque era un poco locura, sabiendo que
estaría el 10 de septiembre en la Canfranc-Canfranc me decidí a disputar
también la maratón de la Ultrapirineu.
Mi idea era que, aunque pudiera estar algo “cascado” de la
dureza de la prueba de Canfranc, 2 semanas antes, las características de la
maratón de la Ultrapirineu, mucho más corrible y con menos desnivel, podrían
ayudarme a que no se me atragantara.
Estudiando la prueba, joven aún ya que la de 2016 creo que
es la 3ª edición, la original es la ultra, heredera de la Cavalls de Vent, por
lo que digamos que es su hermana pequeña, tuve buenas referencias de mi
compañero Genis Zapater, 4º en 2015, con la victoria de Alfredo Gil, al que
conocí en la Transalpine 2014.
Además del recorrido, la dureza de la prueba vendría también
por los rivales, de gran entidad y que endurecerían el acceso al podio. El
principal favorito, Ismail Razga, al que ya “sufrí” en Zumaia cuando me pasó
como una exhalación ascendiendo el Andutz y ya no lo volví a ver aventajándome
en 8 minutos en meta dónde batió el record de la prueba además de hacerse con
la victoria.
Pero vamos con la crónica empezando por el material.
A parte del material obligatorio, al ser una prueba más
corta, en el tiempo, y con buena climatología, no hizo excesivo calor aunque si
algo de humedad, decidí, aunque llevaba la mochila ASICS, dejar el Camel back
en casa y subsistir con dos flash flexibles de 500ml que dieron bien de sí.
En los pies las Asics Fuji Endurance, que tocará jubilar en
breve con más de 500km de monte este verano. Por supuesto sin palos y los
manguitos y la braga me sobraron enseguida así que en manga corta y pantalón
que hice la prueba completa.
El día anterior llegamos muy justos a la cena y alojamiento
en Bellver por lo que no pudimos disfrutar del pueblo. Sin embargo se convirtió
en una grata sorpresa descubrir su belleza con la salida desde la plaza del
casco antiguo. Partí andando en buena compañía con otros corredores desde el
albergue de La Bruna, a poco más de 1km de la salida. Una vez arria calenté un
poco por el camino de ronda de la antigua zona fortificada del casco antiguo,
poco más de un kilómetro y a dentro de la zona de salida reservada delante para
hacer el trabajo de movilidad articular, algo de técnica y estiramientos y
empezar a saludar a atletas, espectadores y organizadores.
Se notaban los nervios de una gran cita y cuando terminó la
cuenta atrás a las 8:00 salimos en tromba con ganas de iniciar la ruta.
El perfil de la prueba nos llevaba de forma ascendente, más
o menos continua hasta casi mitad de prueba dónde alcanzábamos la cota máxima
de unos 2500m. A partir de ahí bajada de nuevo hasta los 1000m con una ligera
subida final y bastante terreno llano o variable, pero sin grandes desniveles.
Mi objetivo era intentar aguantar en la cabeza hasta la
bajada dónde esperaba defenderme bien y poner ms cartas en la mesa en el
terreno más corrible.
Sin embargo, a los pocos kilómetros de salida, tomamos la
cabeza de un buen grupo Miguel Caballero y yo marcando el paso en las subidas e
incluso tomando cierta ventaja, 20-30” sobre un grupo perseguidor. Nos
permitimos presentarnos y charlar un poco los dos en una zona de falso llano amplia,
pero nos despistamos y seguimos recto cuando había que tomar un sendero a la
derecha sobre el km9. Agradecer a nuestros compañeros que nos avisaran, Razga
entre ellos, y tuvimos que retroceder y alcanzarles de nuevo.
Aunque en poco tiempo nos colocamos en cabeza tirando, sobre
todo Miguel Caballero, el selecto grupo de 5 corredores que quedábamos en
cabeza llegamos juntos hasta la cota máxima aunque Abdelfatah Dalal y yo íbamos
haciendo un poco la goma remontando cuando había algún descanso de desnivel en
la subida.
En el inicio de la bajada Ismail Razga juega sus bazas y se
lanza a tumba abierta en una bajada que alternaba sendero y zonas más abiertas,
pero con hierba, tierra y piedras, Abdelfatah Dalal y yo nos lanzamos en su
persecución dejando a Miguel Caballero y a Jordi, que se cayó en ese tramo,
atrás.
Llegamos al segundo avituallamiento a unos 20” de Razga y a
partir de ahí parecía que se tendía el camino y ensanchaba, pero se me atragantó
el control de material y perdí un minuto en el avituallamiento por lo que se me
escapó Abdelfatah Dalal y me adelantó Caballero saliendo del avituallamiento en
4ª posición.
En la parte más plana alcancé a Caballero y en la zona de
bajada de sendero me escapé con la intención de intentar alcanzar a Abdelfatah
Dalal. Algo que hice antes del avituallamiento de Martinet no sin forzar la
máquina en esa parte de bajada más de pista con un tramo de cemento en el que
marqué el parcial más rápido (3:07 en Strava y 2:55 en el MOVE).
Abdelfatah Dalal no paró en el avituallamiento y yo si que
aproveché para beber algo, aunque no recargué los Flash que llevaba aún a
medias, en seguida lo alcancé remontando el río Segre, 3 minutos nos dieron de
referencia con Razga, ya veía muy complicado alcanzarle sobre todo porque la
fatiga se notaba. Sin embargo Abdelfatah Dalal iba peor que yo y su ritmo, en
terreno plano o ligera subida, era muy tranquilo, o eso me parecía, así que
cuando empezamos a remontar el Torrent de Ridolaina le pasé y me fui buscando
un ritmo más exigente que me fuera acercando a meta. Aún nos restaba un
obstáculo de subida, corta pero intensa, que hice en su mayor parte andando,
para llegar a lo alto y enfilar ya la parte final, algo más de 5km corribles
con planos, ligeras subidas y bajadas hasta Bellver.
Arriba de la subida un espectador me da la referencia de 2
minutos al primero, la verdad es que no me lo creo mucho, he ido muy tranquilo
y dudo que le haya remontado un minuto a Razga, sigo a lo mío intentando correr
sub 4’/km en la parte más corrible de la maratón del Ultrapirineu, paso el
último avituallamiento, en el que no paro, y con ganas de llegar a meta por
algunas molestias en el abductor.
Ya en los kilómetros finales empieza a haber más aficionados
y alguno me da referencias de un minuto y medio o menos a Razga, pero no
alcanzo a verlo, finalmente llegando al polideportivo de Bellver me sorprende oír
su entrada a meta cuando a mí me faltaban escasos metros por lo que confirmo
que realmente no lo llevaba muy lejos, no sé si lo hubiera podido pillar o si
hubiera tenido capacidad de reacción para un último cambio, pero me quedo con
lo positivo de que hemos reducido la distancia de 8 minutos que me aventajó en
Zumaia a un minuto escaso en la Ultrapirineu.
La llegada a meta muy emotiva con mis peques, Ariadna y
Alicia, cumpliendo el objetivo de colarme en el podio y con sensaciones hasta
de que se me había hecho corta la carrera, supongo que después de Canfranc a
cualquiera.
También me sorprendió el tiempo, al habérseme parado el
Suunto al darle sin querer en el segundo avituallamiento, el primero de la
bajada, me perdí al menos 2km de la ruta y no tenía claro para cuanto tiempo
iba, pensaba que me habría ido a las 4h10 o así y fue una grata sorpresa ver
que habíamos hecho 4h02 (Ragza 4h01) mejorando el tiempo de Alfredo Gil del
pasado año que ganó con 4h03.
Abdelfatah Dalal, que competía en su primera prueba de
montaña de distancia maratón, suele correr distancias más cortas, llegó a meta
5 minutos más tarde, se le hizo largo el final, prácticamente le cayeron esos 5
minutos en los últimos 8km, y la medalla de chocolate fue para Miguel
Caballero. Sergi Masip, con el que compartí muchos kilómetros en el maratón de
Val D’Aran en agosto, dónde fue segundo, confirmó la buena temporada de verano
que está haciendo con un buen 5º puesto a pesar de la caída. Así pues el grupo
de cabeza que coronamos la cota máxima, mantuvimos el tipo y los puestos hasta
el final.
Resumen de hidratación/alimentación
De salida llevaba los dos flash de 500ml a tope con agua, al
primer avituallamiento llegué con ellos a medias así que vacié uno de agua y lo
rellené de isotónico. En el segundo avituallamiento rellené ambos aunque
estaban a medias. En el tercero, el de Martinet, sólo bebí un vaso de agua y un
poco de cocacola y tiré de los flashes y en el último, a 5km de meta, no paré.
Tomé dos pastillas de sales minerales de 226ers (1h30 y 2h30
de carrera aprox) y gominolas (2 cada 20-30’) y sólo un gel con BCAAs en la 3ª
hora de carrera