"Dedicado a Antonio Serrano"
Mi capítulo en “Correr de otro modo”
El pasado 17 de junio de 2015 se presentó oficialmente el
libro “Correr de otro modo” de mi entrenador Antonio Serrano.
Con la inestimable ayuda del periodista Alfredo Varona, con
quien colaboró en su anterior libro “Filípides Existe”, han abierto de par en
par los sentimientos que ha vivido Antonio Serrano en sus 50 años de vida
respecto a su gran vocación, o doble vocación, la de atleta y entrenador de
atletas.
Tengo que reconocer que me he emocionado en muchos párrafos
del libro y, algunas veces, no porque fueran citas o momentos que haya vivido
yo como actor o espectador en la vida de Antonio, sino por sentirme reflejado
en algunas sensaciones, ideas y momentos.
Por ello y como pequeño homenaje hacia la figura de Antonio
Serrano, ya que Alfredo Varona era lo que no quería que se convirtiera el
libro, en un homenaje empalagoso a Antonio, quiero escribir este texto en mi
blog, mi “pequeño capítulo”. Se podrá considerar como un contenido extra ;-)
Al fin y al cabo, soy también de los convencidos, de que
todos tendríamos que escribir nuestra pequeña biografía, aunque sólo sea para
nosotros mismos.
Antonio Serrano, el
atleta.
Mis inicios en el atletismo fueron en el año 1988 pero no
recuerdo hasta bastante más adelante que yo me fijara o reconociera a atletas
de primer nivel. No recuerdo si veía el atletismo por TV aunque sí que estuve
en los JJOO de Barcelona como espectador. De allí me quedé con Fermín Cacho y
Antonio Peñalver.
No fue hasta los europeos de Helsinki en 1994 cuando, con 16
años, empecé a ser un “fan” del atletismo. Tras ese europeo fantástico para el
atletismo español recuerdo que hasta me suscribí a la revista atletismo español.
Ahí ya había conocido a Antonio Serrano, el atleta, ese año
1994, en el Gran Premio de Cáceres de Campo a Través que se disputó en la
localidad de Moraleja. Allí nos hicimos una foto, todo el grupo de atletas de
Mérida, con uno de los atletas españoles más destacados, Antonio Serrano, que
de aquellas militaba en el Larios madrileño. Nada hacía presagiar lo que
llegaríamos a compartir.
Nuestro siguiente encuentro fue ya en el año 1999. Mi
segundo año en categoría promesa y aún residiendo en Cáceres. Tras un gran
invierno que culminé con una gran marca personal en Baracaldo en los 5000m
(14:13) buscaba las marcas de participación en el Campeonato de Europa su23. Yo
era un atleta de 1500m pero resistente y con el overbooking que se preveía en
los 1500m de cara a ese europeo (Higuero, España, Pol Guillen, Xavi Arenys, …)
Miguel Ángel Monge, mi entrenador desde 1995 a 2005, y yo decidimos dar el
salto a los 5.000m
La mínima para Goteburgo, donde se disputaría el Cto de
Europa, era 14:10, y lo que parecía fácil después de correr en Baracaldo, se
torció hasta el punto que me planté en el torneo de federaciones de 2ª
categoría, que se disputaba en Puertollano el 26 de junio, a dos semanas del
nacional sub23 y casi como último cartucho para conseguir la mínima.
Finales de junio, Puertollano, calor, 11 de la mañana,
después de la última semana de exámenes en la universidad, y yo dispuesto a salir
a por todas, a por ese 14:10.
Miguel Ángel Monge, mi entrenador, que conocía a Antonio ya
que había cursado INEF en Madrid y entrenó en el grupo de Julio Bravo, le pidió
que me ayudara dando unos relevos en la prueba.
Antonio se hizo el remolón, no creo que porque pensara que
le podía ganar, más bien porque las condiciones no eran las ideales para correr
rápido.
Yo me lancé de todas formas, con Antonio Serrano haciéndome
la sombra, conseguí pasar los 3km en 8:30 para desfondarme poco a poco y
ajusticiarme Antonio en el último 500m. 14:26 fue mi marca ese día.
Nada más acabar la carrera Antonio habló con mi entrenador,
me había visto bien y nos animó a que viajáramos a Mataró dónde el miércoles
habría una buena carrera de 5.000m y dónde sí tendría opciones de hacer la
mínima.
Allá que nos fuimos Monge y yo y en una carrera perfecta a
ritmo de 2:50-2:48 en sus primeros 4km con un clima excelente, cálido y húmedo
pero sin viento, corriendo de noche y acabando muy fuerte el último km,
conseguí mi marca mínima con 13:55 (Fredy González, el venezolano, ganó la
prueba con 13:51 y Antonio Serrano fue 2º con 13:53).
Antonio Serrano y Madrid.
Tras acabar mis estudios en Cáceres y con mi relación con
Amaya Sanfabio en marcha, en el verano de 2001 decidí cambiar mi residencia a
Madrid. Yo quería seguir bajo las órdenes de mi entrenador, Miguel Ángel Monge,
con quien entrené de forma presencial hasta 1996 y a distancia desde entonces.
Al consultar con la RFEA si habría posibilidad de solicitar la beca de la Blume
sin cambiar de entrenador, se me informó que no, así que no la solicité y
busqué un piso de alquiler para compartir.
No se cómo contacté con Juan Carlos de la Ossa y Santiago de
la Torre que apostaron también ese año por venir a Madrid desde Tarancón, pero
congeniamos y nos buscamos un piso en la zona del Alto de Extremadura.
Tete entrenaría con Antonio Serrano y yo, con mi plan a
distancia, iba picoteando de todos los grupos según coincidieran los
entrenamientos con los míos.
Ahí conocí a Antonio como entrenador, en realidad conocí
todos los entrenadores y grupos de entrenamiento que tenían su centro de
operaciones en la Blume. Yo era un poco el alma libre que rondaba por allí
entrenando con nadie y con todos.
Desde 2002 a 2005 entrené mucho, a veces pienso que han sido
los años que más he entrenado de mi vida. Al final pude pedir la beca de la
Blume y tenía que estar supervisado por Luis Miguel Landa al que enviaba el
plan mensual que me hacía llegar mi entrenador.
Entrenaba muchísimo, me podía acoplar con muchos grupos pero
muchas veces tocaba entrenar solo. Conseguí mis marcas personales de 1500m
(3:40.70) y 3000m (7:47) en 2004 y 2003, pero en los 5.000m estaba estancado en
los 13:30 y pico (13:39 en 2003, 13:34 en 2004 y 13:33 en 2005) pensé que
necesitaba dar un cambio, necesitaba un grupo de entrenamiento y dosificar
mejor los esfuerzos.
Ese verano lo hablé con mi entrenador en ese momento, Miguel
Ángel Monge, y valoramos todas las posibilidades, sobre la mesa, los
entrenadores del CAR de Madrid. Finalmente, por su forma de trabajar, por su
grupo y por la confianza que ya teníamos con él, decidimos que empezaría a
entrenar con Antonio Serrano la temporada 2005/2006.
Antonio Serrano. Mi entrenador.
La verdad es que me adapté muy bien al sistema de
entrenamiento de Antonio. Yo estaba acostumbrado a acumular mucho trabajo,
muchos días de entrenamiento exigente y eso a veces me costaba asimilarlo
cuando trabajábamos a alta intensidad. Sin embargo sus distribución de las
cargas hizo que estuviera más fresco y descansado en los entrenamientos, con
algo menos de km/semana me encontraba mucho mejor y conseguía rendir algo más.
Además con los compañeros de viaje todo era muy fácil, en las series rápidas
Higuero y Carriqueo me ponían firme, en las largas de la Ossa y Ricardo Serrano
eran casi imposibles de seguir.
Los resultados llegaron, el invierno fue muy bueno pero no
cuajó el mundial de cross corto en Fukuoka, pero en Laredo, con un 28:48
tirando desde el km2, nos decía que las cosas iban por el buen camino.
Ese verano de 2006 fue excepcional. Mantengo mis marcas
personales de 5000m y 10000m (13:23 y 28:22) y conseguí la clasificación y
participación en mi primer campeonato de verano, en Goteborg 2006, con un 7º
puesto en los 5000m.
2007 fue un año extraño, tuve un síndrome de
sobreentrenamiento en invierno y, en verano, no llegaron a salir las cosas
bien. Sin embargo de cara a 2008, año olímpico, todo comenzó a funcionar bien.
En mayo los entrenamientos junto a Tete, Ricardo Serrano, Higuero, Carriqueo y Chema Martínez, que se
unió a la partida, me decían que estaba para correr en marca personal en Huelva
a primeros de junio y, por tanto, con opciones de alcanzar la mínima olímpica
de 13:20.
Sin embargo el primer brote de hipertiroidismo frustró todos
los planes dejándome fuera de juego ese verano y durante gran parte de la
temporada siguiente.
Antonio Serrano. Confianza y Paciencia.
Como dice Antonio en su libro, su objetivo es sacar lo mejor
de cada atleta al que entrena. Pero eso no quiere decir exprimirlo con los
mejores entrenamiento y planificación, no sólo eso.
Antonio nos acompaña, sobre todo a los atletas más
veteranos, para ayudarnos a conseguir nuestros sueños y sus ingredientes son
dos principalmente: Confianza y Paciencia.
Antonio confía casi incondicionalmente en sus atletas. Se
cree y vive sus objetivos, también sus fracasos y lesiones. Y Antonio tiene
paciencia, casi infinita.
Sólo con estos dos ingredientes se puede explicar nuestra
relación desde ese primer brote de hipertiroidismo en 2008 que, con bastante
seguridad hubiera echado al traste muchas carreras deportivas.
Desde septiembre de 2008 a julio de 2009 me dediqué a
entrenar “al tran-tran”. Seguía bajando a las pistas con el grupo los días de
series, hacía mi gimnasio, pero no doblaba y los ritmos de entrenamiento no
eran excepcionales. Comencé a trabajar a jornada parcial. El atletismo ya era
un hobby, no una prioridad. Mi futuro como atleta de élite estaba en el borde
del abismo.
Pero llegó julio de 2009 y, con la mitad de entrenamiento
del año 2008, conseguí unos resultados interesantes. 7º en el nacional de
10000m con 28:56 y 6º en el de 5000m con 13:47.
Tras el nacional de 5000m hablé con Antonio. Pensaba que un
entrenamiento de 5000m-10000m sería muy arriesgado para mi tiroides y le plantee
la posibilidad de dar el salto a la ruta, en septiembre se disputaba el
nacional de medio maratón en Motril, teníamos mes y medio para prepararlo y así
lo hicimos. 6 semanas de 140-160km cada una con el calor del verano entre
Madrid y Alicante, me pusieron a punto para conseguir mi primer título de
Campeón de España absoluto. En Motril con 1h03:32.
La nueva etapa había comenzado, el siguiente paso estaba
claro, debutar en maratón en Sevilla con la vista puesta en el europeo de
Barcelona.
No me enrollo, esta etapa floreciente duró dos años: Debut
en Sevilla con 2h13:33, Debut internacional en maratón en Barcelona con 5º puesto
y Campeones de Europa, Campeón de España de maratón en Sevilla 2011 con 2h12:21
y 30º en el mundial de Daegu, 4º por selecciones con Chema y Rafa Iglesias.
Más paciencia y más confianza.
Tras el mundial de Daegu se reactivó mi problema de
tiroides, 11 meses medicándome tras recaer tras intentar forzar la máquina para
correr un maratón en primavera ya que tenía la mínima para los JJOO de Londres,
pero no pudo ser. De nuevo travesía en el desierto, de nuevo entrenar al “tran-tran”
sin objetivos.
Antonio me seguía animando para bajar a entrenar, unos días
entrenaba sólo, otros podía hacer algo con el grupo, si yo no perdía la
paciencia, él tampoco lo haría, así que en julio de 2013, tras el nacional de
pista de Alcobendas dónde sólo pude correr en 14:32 los 5000m, cuando le
propuse: “Antonio, vamos a por San Sebastián, era Campeonato de España de
maratón. Ahora no estoy bien pero a lo mejor es la última oportunidad para
poder estar de nuevo en un Europeo, en Zurich 2014, y repetir lo que hice en
Barcelona”.
La respuesta de Antonio fue afirmativa y rápidamente un plan
de entrenamiento para el mes de agosto que estuve fuera de casa, entre Girona y
Valencia de vacaciones, entrenando sin reloj y sin tiempos, 150-160km a la
semana, para coger ese punto de forma necesario para afrontar una preparación de
maratón exigente.
Sabía que tenía que ir todo perfecto para que en San
Sebastián, el 27 de noviembre de 2013, estuviera en condiciones para correr en
mis mejores marcas, y lo conseguimos.
Fue el maratón en el que más arriesgué. Creo que ni Antonio
ni yo estábamos seguros de que pudiera correr sub2h13, pero salimos a por ello
pasando la media en 1h06:15 y tirando desde el primer metro que paró la liebre,
desde el km28, a relevos con Castillejo.
No conseguimos la mínima RFEA de 2h13, pero Antonio y yo
esperábamos que ese 2h13:39, con todo lo que habíamos pasado, fuera suficiente
para poder estar en Zurich. Algo que finalmente no sucedió.
Antonio sufrió con esa decisión de la RFEA y me
intentó animar todo lo que pudo, a preparar el 10000m para la Copa de Europa,
el 5000m para el Cto de España, un maratón en otoño, pero yo necesitaba
reponerme mentalmente y le pedí un tiempo de reflexión en la montaña ;-)
Tras el reto de la Transalpine en septiembre, volví a Madrid
con las pilas cargadas. Sabía que el tiempo jugaba en mi contra pero había que
intentarlo y le plantee a Antonio un nuevo plan, una hoja de ruta para intentar
llegar a los Juegos Olímpicos de Río.
Ya os imagináis su respuesta y, en los vídeos de
#Objetivomaratón le habéis visto como vivió la preparación y cómo me acompañó
en el momento fatal de retirarme en Sevilla, él es el que iba en la moto y bajó
para animarme.
Nos quedan dos “cartuchos”, otoño de 2015 y primavera de
2016. No se si conseguiré la mínima para Río y si me seleccionarán, pero se que
Antonio estará apoyándome para ayudarme a conseguirlo.
Este es mi pequeño capítulo, ahora sólo tenéis que comprar
su libro y emocionaros con él.