Los deportistas estamos acostumbrados a planificar nuestros entrenamientos, nuestro día a día en función de un objetivo de rendimiento, un campeonato, una marca, etc. Pero hay aspectos que se nos escapan, aspectos nada racionales que tienen más que ver con las emociones, cuando las situaciones, la competición, los rivales, nos ponen a prueba sin querer a es dónde se muestran esas aristas del deporte que le dan sentido en muchas ocasiones, más alá del resultado.
Para mi el Campeonato de España de San Sebastián del pasado noviembre de 2013 fue un día muy especial, no sólo era la cita en rojo en el calendario de mi planificación deportiva, el "Día D", sino que era la victoria de mi mente, de mi motivación, de mi cabezonería sobre mi propio cuerpo para, después de año y medio sin poder exprimirlo sacarle de nuevo el mejor jugo y rendimiento para volver a correr un maratón a gran nivel.
Fue una victoria contra mi mismo y contra los elementos, y ya se sabe que, la mayoría de las veces, nosotros somos nuestros peores enemigos.
Me alegra que Félix Sánchez captara esta imagen del final de la carrera, un final agónico, como casi todos en el maratón, y en el que la emociones a flor de piel se desbordaron tanto para Castillejo, tras la situación vivida en el maratón de Valencia justo una semana antes.
La verda es que estaba muy contento por el resultado, como he dicho, para mi la victoria era estar en la línea de salida en San Sebastián, además suado que me encontré muy bien, con grandes sensaciones en la prueba de maratón en la que ceo que más he arriesgado respecto a mi estado de forma al pasar la media en 1h06:19 con el objetivo de los 2h13 en la mente, un resultado del que no estába nada seguro de poder conseguir.
La carrera fue casi perfecta y sólo los últimos 3km se me hicieron muy duros y perdí el tiempo que hizo que no rompiera la barrera de las 2h13 pero conseguí mi tercera mejor marca de siempre a escasos 6 segundos de mi debut en 2010 cuando conseguí la plaza para participar en Barcelona 2010 dónde fui 5º.
A todo ello se unió que era consciente del sufrimiento añadido de Carles. A priori contaba con que me doblegaría, sabía que estaba en mejor forma que yo, pero también sabía que el estrés y la presión mental de lo que había sucedido en Valencia la semana anterior y todo lo que acompañó la semana posterior, las dudas, le podrían afectar, por eso no me extrañó que rompiera de emoción al entrar en meta consiguiendo la mínima para Zurich y quise compartir con él ese momento y animarle.
En el maratón, y también lo sentí el otro día en la carrera de montaña de Cercedilla, al final los rivales son también compañeros de viaje. Carles lo fue en San Sebastián durante los kilómetros más complicados, a partir del 28-29km que nos quedamos solos, por eso quizás la alegría es también compartida.
Enhorabuena a Felix por ese premio y por esa foto que guardaré para siempre como parte de mi carrera deportiva.
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