El pasado domingo 18 de marzo de 2012 nos llegó la noticia desde nuestro país hermano, Portugal, del fallecimiento de un ilustre atleta Antonio Leitao debido a la enfermedad de la hemocromatosis .
El portugués fue uno de los mejores atletas y deportistas portugueses de los años 80 consiguiendo su mayor éxito en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 en los que se colgó la medalla de bronce en la prueba de 5.000m con una gran marca de 13:09.20, poco más de dos segundos de su plusmarca personal que obtuvo en la mágica pista de Rieti (Italia) en septiembre de 1982.
Presente en competiciones en pista en España, también lo fue en campo a través en los inicios del actual circuito nacional de campo a través español que, con el tiempo se convertiría en el mejor del mundo.
Como recuerdo os dejo el link al Obituario de Leitao en Portugal y el vídeo de esa final olímpica.
Pero vamos a lo que me ha hecho escribir este post, la HEMOCROMATOSIS, una enfermedad rara y de origen genético que consiste en una mayor absorción de hierro por parte de nuestro organismo y, por tanto, una ruptura del equilibrio de este metal pesado que se acumula en nuestro organismo.
En el link de la Wikipedia viene bastante completo: http://es.wikipedia.org/wiki/Hemocromatosis
Para mi es una enfermedad que descubrí hace ya unos años, como suele pasar con estas enfermedades no comunes, cuando alguien cercano la sufre. Varios años de analíticas, pruebas y, sobre todo, muchos problemas de salud, sufrió mi padre hasta que le detectaron esta enfermedad gracias a un médico internista sevillano justo a tiempo para que fuese demasiado tarde para poner algún remedio a un fatal desenlace.
Es una enfermedad silente que sólo muestra sus garras a través de los problemas asociados a la acumulación del hierro, metal pesado y, por tanto, muy tóxico, en órganos vitales, articulaciones y piel. Por eso a veces es de difícil diagnóstico, aunque una simple analítica de sangre, esos valores de ferritina, hierro sérico que a nosotros, los atletas de fondo, nos suena tanto, hubiera bastado para una detección a tiempo y evitar secuelas, pero cuando a mi padre se la diagnosticaron tenía una analítica de miedo con más de 1500 de ferritina como ejemplo.
Más de un año de “sangrías” o flebotomías en las que extraían casi medio litro de sangre para extraer ese exceso de hierro, pasar de 65kg a 48kg y perder toda la masa muscular.
Por suerte no fue demasiado tarde y pudo recuperarse poco a poco del tratamiento aunque ha dejado sus problemas de salud, pero se trata de una enfermedad genética.
La prueba genética que aparece en la Wikipedia la realizamos hace tiempo, en mi caso sólo tengo una de las mutaciones por lo que soy heterocigoto, lo que no me libra de sufrir esa enfermedad aunque de una forma más leve.
Nunca he tenido problemas de hierro, ni de anemia, aunque a veces, por el duro entrenamiento, tomaba ligera suplementación oral, desde hace años sólo cuando realizaba concentraciones en altitud realizo dicha suplementación ya que no estoy exento de desarrollar la enfermedad y, quizás, cuando deje el deporte de alta competición, con gran desgaste a este nivel, mis niveles de hierro en sangre, siempre dentro de lo normal, puedan subir bastante.
Suele ser a partir de los 40-50 años cuando se acelera y muestra esta acumulación de hierro, quizás haya que seguir poniéndose las zapatillas para machacar glóbulos rojos y expulsar ese hierro sobrante.
Me parece interesantísimo este post, más que nada porque yo también me pregunté por los motivos de la muerte del astro portugués, y de su enfermedad. Pablo me alegro que tu padre la haya superado. Bueno, mucha suerte en tu preparación, cada vez falta menos para Londres 2012. Estoy ansioso por verte correr. Mucho ánimo.
ResponderEliminarGracias por la información,me es muy util.Soy deportista y en este mundo siempre "estamos buscando hierro por cualquier sitio"y quejandonos que nuestro organismo no lo asimila(que sabio es).
ResponderEliminarMe gusta aprender y eso acabo de hacer gracias a tu sencilla y a la vez super importante lección.
Desde hoy te seguire aun más.