Hace unos días descubrí una enfermedad que para mí, era
invisible y desconocida, una enfermedad que padecen más de un millón de
españoles pero que, en mi día a día, hasta ahora, había pasado desapercibida.
Una enfermedad que no es grave, salvo algunos casos, pero
que afecta, más allá de la salud del paciente, a su imagen, a su autoestima.
Hablo de la Psoriasis
es una enfermedad crónica e inmunológica que produce lesiones visibles en la piel.
La psoriasis se
origina cuando el sistema inmunitario envía señales erróneas que aceleran el
ciclo de crecimiento de las células de la piel, y esto hace que aparezcan como
manchas rojizas cubiertas con una capa de células muertas de la piel, que se
conocen como placas. Pueden formarse en cualquier parte del cuerpo,
especialmente en el cuero cabelludo, rodillas, codos y torso. Las placas de psoriasis pueden llegar a ser dolorosas
y producen picor.
En la sociedad en la que vivimos, la imagen es muy importante,
en nuestras relaciones personales, a veces en nuestro trabajo y en nuestro día
a día en todas aquellas actividades que realizamos como el deporte.
El paciente con psoriasis se puede sentir rechazado y
estigmatizado por las consecuencias de la enfermedad, por lo que, más allá de
la afectación directa a la salud de la psoriasis,
lo que realmente se ve disminuida es la calidad de vida de los afectados y su
autoestima.
La concienciación de la psoriasis
es baja. Aún hoy, muchos afectados deben dar explicaciones sobre sus lesiones
cutáneas y situación personal porque muchas personas todavía creen, por
ejemplo, que es una patología contagiosa a pesar de no serlo.
En mi ámbito de trabajo, como es la actividad física y el
deporte, es un aspecto que me preocupa. El paciente con psoriasis, debido a este desconocimiento por parte de la sociedad y
del rechazo que el mismo genera, tiende a esconder la misma afectando a su
relación con algo tan básico como es la práctica de actividad física.
Algo tan básico como ir a nadar a una piscina, practicar
deporte con poca ropa en verano, más allá de las molestias que le pueda
ocasionar la psoriasis, se convierten en una pesadilla para muchos personas con
psoriasis por ese miedo al rechazo.
Uno de los episodios en el que suelen coincidir muchos pacientes
es en situaciones de rechazo que se producen en zonas de baño, piscinas,
playas, etc, en las que otras personas, por desconocimiento de la enfermedad,
pueden llegar a tener comportamientos que afecten al paciente como, por
ejemplo, llegar a expulsarlo de la zona de baño.
Estas situaciones hacen que la autoestima sea más baja en las
personas con psoriasis y que la práctica de actividad física sea menor con las
consecuencias negativas que se añaden a su salud estando demostrado que la
psoriasis se asocia a un mayor riesgo de otras enfermedades importantes como la
diabetes, el síndrome metabólico (obesidad, dislipemia o estado proinflamatorio
sistémico), enfermedad cardiovascular (aterosclerosis, hipertensión arterial,
infarto agudo de miocardio, aneurisma aórtico abdominal, fibrilación auricular
e ictus) todas ellas muy relacionadas con la ausencia de hábitos saludables de
actividad física.
Espero que con la ayuda de entidades como la asociación de pacientes
Acción Psoriasis y Lilly, y nuestra experiencia en estas
acciones, se aumente la conciencia sobre esta enfermedad y se rompan muchas
barreras que puedan permitir a los pacientes con psoriasis vivir su día a día
como cualquier persona conviviendo con su enfermedad.
Quiero agradecer a “AcciónPsoriasis” y a Lilly su esfuerzo, a
través de esta acción, por dar visibilidad a esta enfermedad y ayudar a miles
de personas a que sólo tengan que convivir con su enfermedad y no con el
rechazo de los demás por cómo afecta la psoriasis a su imagen.