Quizás por deformación profesional, desde el punto de vista de especialista en el ámbito del deporte y deportista, me preocupan muchos aspectos relacionados con el deporte más allá de la propia competición.
Uno de ellos está relacionado con el proceso de retirada del deporte, la jubilación deportiva.
Ya en el año 2008 y 2009, quizás con la sombra de mi propia retirada tras los problemas de hipertiroidismo que sufrí ese verano durante la preparación de cara a intentar clasificarme para los Juegos Olímpicos de Pekín, hizo que fuera algo que ocupara mi mente hasta el punto de que uno de los trabajos dentro del Master oficial en ciencias de la Actividad Física en el que matriculé ese curso en INEF fue precísamente un pequeño estudio cualitativo sobre los factores que influyen en dicha toma de decisión desde el punto de vista de los atletas en activo, retirados y los entrenadores.
¿Y qué tiene esto que ver con la depresión?
Pues que en este proceso y en cómo se gestione, con los cambios que se pueden producir en el deportista, cambios de identidad, de estatus social, físicos y corporales, etc, son un punto clave para que problemas que el deporte a ayudado a superar o a esconder, puedan aparecer o agravarse.
Los deportistas de alto nivel no son inmunes a la depresión, como a otros muchos problemas, es más, por su perfil y las características propias del deporte de máxima competición en las que, en ocasiones deben esconder sus sentimiento ante los rivales, ante la prensa o ante su propio entorno (Familia, entrenadores, compañeros), genera situaciones de mayor riesgo.
Os dejo esta prequeña reflexión como introducción a un podcast que tenéis a continuación del programa "Acento Robinson" que se titula igual que este artículo: "Deporte y depresión", con los casos de Iván Campo, futbolista del Real Madrid que reconoció públicamente sus problemas de ansiedad, el periodista alemán que escribió la biografía de Robert Enke, portero de la selección alemana de fútbol que se suicidó en 2009 tras un largo periodo de depresiones, Manel Estiarte, uno de los mejores jugadores de waterpolo del mundo que sufrió en primera persona el suicidio de su hermana, nadadora olímpica (Leer su libro "Todos mis hermanos" dónde relata el suceso) , y María Fernández Ostolaza, psicóloga que fue gimnasta del equipo nacional, entrenadora del mismo y seleccionadora y que en estos momentos conlabora con el Consejo Superior de Deportes con programas específicos de apoyo a deportistas dentro del Programa de Atención a Deportistas de Alto Nivel desarrollado desde el año 2009 por el CSD
http://www.cadenaser.com/deportes/audios/acento-robinson-24-10-2014-depresion-enfermedad-silenciosa/csrcsrpor/20141024csrcsrdep_4/Aes/
Como leeis y escucháis un tema que abre debates y opiniones, no os cortéis de verterlas en este blog.
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